He llegado a casa con las ganas
de escribir saltando, y por dentro no paraban de decirme ¡Escribe!
¡Escribe!¡Escribe!, y era tanta la ilusión y el entusiasmo que desprendían, que
me he juntado a su fiesta, y aquí me tienes al otro lado de la pantalla.
¿Sabes? Cuando te he explicado el
argumento del libro “Si te abrazo, no tengas miedo”, te he comentado el mundo
tan bonito que describía Andrea, el cómo sería el mundo, si lo dejaremos en
manos de él, y sería así:
“Se celebraría el día del chocolate trescientas sesenta y cinco veces
al año. Una imposición, ésta, no del todo desagradable. […] Los campanarios
estarían provistos de un surtidor automático de pompas de jabón a mansalva para
anunciar el fin de semana y cada lunes para celebrar su inicio; habría fuegos
artificiales en Nochevieja, en los solsticios y equinoccios, y en cada ocasión
que lo requiriese.”
El mundo de Andrea es alegre y
sencillo, y divertido, como es la vida.
¿Sabes? Yo quiero un mundo con
palabras pequeñas, con monosílabos, o como mucho con dos sílabas. Un mundo sin
esdrújulas, sin palabras grandilocuentes ni rimbombantes. Y es que si te das
cuenta, las palabras más importantes de nuestra vida, son así, diminutas, tan
pequeñas como la cabeza de un alfiler, o como mucho como un botón.
Y es que piensa….
Decir un Sí o un NO, en un
determinado momento, te generan futuros tan distintos, tan diferentes… y eso…. ¡es
tan sólo con dos letras!
Y en esa bolsa de pequeñas
palabras, están las palabras las que guardan el mundo, la grandeza del
universo, y ya ves, casualmente éstas también son tan canijas…. Fíjate: mar, sol,
pan, fe, flor, hoy, luz, paz, yo, tú, soy…
.
Y las bisílabas… ¡Qué te voy a
contar!..... Tenemos ahí el Amor, la vida, la tierra…..
Así que….
Ese el mundo que quiero, un mundo
de palabras chiquitas, diminutas, minúsculas, y microscópicas… porque es ahí
donde reside la vida, es en ellas donde palpita.
Por cierto, ¿cómo sería tu mundo
ideal?
Hoy, además de haberme encendido
la llama de las letras, me voy con esa frase que me he has dicho: “La felicidad se construye”. Y me parece
tan cierta, tan grande, tan única….
Porque sí, porque la felicidad no
se busca, no se alcanza... y es entonces cuando de repente, me viene a la cabeza una canción indie, con una de las frases más hermosas, más bellas, y más conmovedoras:
¡Qué mas puede darte el mundo
si cada segundo es una primera vez!
Y sonrío.
Buenas noches MUNDO